Si queremos que los jóvenes de hoy día en un futuro lleguen a ser cristianos responsables de la sociedad en la que viven…
Si queremos que sean sensibles a las problemáticas de los más desfavorecidos.
Si queremos que sean participativos en los movimientos de defensa de los Derechos Humanos
Si queremos que estén comprometidos en acciones de voluntariado y transformación social.
Es decir, si queremos que sean CONSTRUCTORES DEL REINO como seguidores de Jesús…, cuanto antes empecemos a educarles y concienciarles en estos temas sociales, mejor.
En un
mundo roto… donde viven tantas personas rotas por el hambre, la pobreza,
la injusticia, la violencia, el rechazo, la marginación; donde viven
tantas personas sin derechos, sin futuro, sin esperanza…, esto es lo que
Él quiere de nosotros.
La felicidad verdadera
“Un
hombre que había dedicado toda su vida al servicio de los pobres más
pobres, fue invitado a dar una conferencia en una prestigiosa
universidad. El tema de la conferencia era <<El amor de
Dios>>.
El
salón de actos estaba abarrotado de gente. Centenares de personas habían
acudido para conocerle y escucharle. Duró una hora su charla. Al
terminar, mientras iban abandonando todos la sala, uno de los que
estaban allí dijo al amigo que le acompañaba:
– No
hadicho nada nuevo este hombre. Creía que iba a decir alguna cosa
novedosa, pero ha dicho lo que siempre se suele decir en este tema. Yo
mismo hubiera podido dar esta misma conferencia y decir exactamente lo
mismo que ha dicho él.
El que le acompañaba se quedó mirándole y le dijo:
– No
dudo de que tú hubieras podido dar la misma conferencia y decir las
mismas palabras que ha empleado él. Lo que dudo es que tú vivas eses
palabras como las vive él. Lo novedoso no está en sus palabras sino en
quien las ha pronunciado. Alguien que las vive y las pone en práctica de
verdad. Ahí está la novedad. Son muy pocos los que practican lo que
dicen creer”.
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